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Hace 60 años se producía uno de los hitos más interesantes y revolucionarios de la historia de la automoción, salía a la venta por primera vez el Seat 600, un coche que vendría a revolucionar las comunicaciones de este país y que permitiría que muchas familias pudiesen, por primera vez, poseer un vehículo. Evidentemente el mundo en el que nació es muy distinto al que se encuentra su heredero natural, el Seat Mii que se enfrenta a retos igual de complicados aunque diferentes.

Cuando el Seat 600 nació problemas vitales para el mundo actual como la contaminación o las necesidades de aparcamiento no eran prioritarias, pero a día de hoy el Mii nace con un tamaño consistente con las necesidades de aparcar en ciudad y, sobre todo, con una serie de motorizaciones que buscan la economía y la sostenibilidad. Por eso cuenta dentro de su gama con la opción “Ecofuel” que supone tecnología híbrida (gasolina y gas natural comprimido) y entra dentro de los estándares ECO de la Dirección General de Tráfico, otra razón para que este coche “pensado para la ciudad” sea tal, ya que no entra dentro de los parámetros de restricciones por alta contaminación.

Otra de las grandes diferencias entre estos dos automóviles es la tecnología con la que cuenta el Mii, con opciones de seguridad como el Asistente de Frenada en Ciudad que detecta obstáculos en la vía y puede incluso llegar a frenar el coche para evitar el accidente. Pero también con conectividad como la “Smartphone Integration” que permite que conectes al vehículo tu teléfono móvil.

Sin duda estos dos Seat son claramente productos de su época, pensados para facilitar la vida a sus usuarios. El Seat 600 es ya uno de los automóviles más icónicos que existen y símbolo de una época que marcó las infancias de aquellos a los que ahora se dirige el Mii.