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La depresión al volante, una mala compañera de viaje

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La depresión al volante, una mala compañera de viaje

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la actualidad, la depresión es una de las principales causas de la discapacidad y afecta a más de 350 millones de personas en todo el mundo. En el caso de España, es el país europeo con la tasa más alta de síntomas depresivos en población de edad avanzada -afecta a casi el 5% de la población-. El problema de esta enfermedad es que, con frecuencia, no se le da la importancia que se merece ¿Quieres saber cómo influye la depresión a la hora de conducir?

depresión

El principal obstáculo cuando se conduce con depresión son los antidepresivos. Estos medicamentos suelen afectar a las capacidades psicomotoras y cognitivas de la persona además de, en algunos casos, interferir en enfermedades cardíacas y gastrointestinales. La somnolencia es uno de los principales efectos adversos de estos fármacos -sobra advertir del gran peligro que supone el sueño a la hora de conducir-. Los antidepresivos también suelen producir falta de coordinación, confusión y reducción de la capacidad de reacción.

Debido a la gran cantidad de efectos adversos producidos por estos medicamentos, es importante que el médico prescriba el fármaco más adecuado en función de los síntomas del paciente y que realice supervisiones periódicas. El seguimiento médico de las personas con depresión es fundamental a la hora de determinar sus capacidades al volante -tanto por enfermedad como por el tratamiento al que están sometidas-.

¿Quieres saber cómo detectar una depresión?

Las principales alertas de esta enfermedad son la fatiga generalizada, deseos constantes de comer o la falta de apetito, aumento de peso, problemas de sueño, aislamiento social o pérdida de interés por el entorno.  Normalmente esta enfermedad aparece de forma repentina por lo que su prevención resulta muy complicada. Aún así, se pueden tomar algunas medidas como no consumir drogas ni alcohol en exceso, realizar actividad física al aire libre, dormir entre 7 y 8 horas cada noche, reducir el consumo de grasas e hidratos e intentar dedicar cada día un momento a tus actividades favoritas.

 

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