Redacción
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Los prototipos de coches autónomos nos invaden. Cada vez son más los fabricantes que cuentan con cantidades más que considerables de este tipo de vehículos.
Todo pinta muy bien. Conducir sin manos y dejar que nos lleven no está nada mal, pero el problema llega cuando entra en juego la capacidad de la tecnología automatizada para actuar en todas las situaciones. Además ¿puede el prototipo vigilar y observar el comportamiento del conductor y actuar en caso de despiste del mismo?
Habrá que diseñar un nuevo marco legal ya que el problema que se prevé con los coches autónomos es la delegación total de las responsabilidades al propio coche. Si hubiera un accidente, el conductor señalaría entonces como culpable al fabricante de cualquier acción mal ejecutada lo que provocaría una mayor responsabilidad a los fabricantes que sin duda evitaría el rápido desarrollo de esta nueva tecnología.
De forma paralela a este debate los fabricantes de coches avanzan sin descanso hacia una conducción totalmente automática por las autopistas. Casas como Tesla, Audi o Cadillac intentarán comercializar sus modelos este año aunque a día de hoy existen limitaciones para aplicar esta tecnología.
Aún así, en todos estos modelos y prototipos el conductor sigue jugando un papel muy importante manteniendo una estrecha relación con el coche a través de la monitorización. Sin duda, un mercado en pleno auge. ¿Veremos un futuro plagado de coches autónomos?
